de una llamada por teléfono?
SÍ, sí lo soy. Valgo mucho más que una bola de reproches y "no te amo"s en mi cara. Valgo más que días y días de espera para que me responda un e-mail. Valgo más que un "¿y dónde vas a dormir hoy?" como si fuera un perro de la calle pidiendo asilo. Soy su esposa, no soy una desconocida que le trajo puras desgracias a su vida. Y todavía me proponía ser su "amiga"...
¿para qué? ¿Para que pudiera restregarme en la cara lo feliz que es sin alguien que le esté jodiendo la vida, como tantas veces me lo reprochó? Solamente dos palabras: AL CARAJO. Valgo mucho como persona, mujer y profesionista; si él no lo pudo ver por celos, rabia y orgullo, pues técnicamente es SU problema, no el mío.
De ahora en adelante, ni una lágrima, un pensamiento, un recuerdo, una añoranza, un golpe nostálgico más. Ahístuvo.
Ah, y aprovecho para agradecer a todas aquellas personas que me aconsejaron y ayudaron para salir de ésta. Mil gracias.
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Renuncia totalmente a los rencores, resentimientos o resquemores; no des espacio al odio en tu corazón. Niégate a intoxicarte con cualquier sentimiento negativo relacionado con el odio. Procura siempre alimentar tu espíritu con ideas, conceptos y sentimientos nobles, de perdón, de tolerancia, respeto a pesar de las diferencias y... de olvido. Notarás que día a día mejorará tu calidad de vida.
El dolor ya es bastante doloroso por si mismo, cuando está presente. ¿Por qué habrías de querer mantenerlo vivo una vez que se ha ido, sosteniéndolo firmemente en tu recuerdo? Una vez que has aprendido lo que el dolor tenía para enseñarte, olvídate de él. Y en su lugar, haz espacio para recordar las alegrías. Si alguien te ha lastimado no permitas que tu propio enojo o el deseo de devolver el daño, prolongue el dolor indefinidamente. Perdona, déjalo ir completamente, y libérate del dolor para siempre. Sácate de encima esos dolores del pasado, y que sólo en tus recuerdos siguen vivos. Por el simple hecho de olvidar y avanzar, te estarás librando de ellos. Date el permiso de descubrir, por cada uno de aquellos viejos e inútiles dolores, una nueva alegría y así, poder reemplazarlos. Verás cómo tu vida da un rápido y enérgico giro para mejor.
De vez en cuando unas cuantas cosas marcharán mal. Y a pesar de todo muy pocas de ellas seguirán estando mal. La mayoría de las heridas comienzan a cicatrizar prácticamente a partir del mismísimo momento en que se producen. Hasta la más profunda tristeza, la más terrible amargura, se irá apaciguando poco a poco, a medida que la vida siga su curso. Las cosas que se rompen se reparan o se reemplazan. Las estrategias que no funcionan se convierten en lecciones que te ayudan a descubrir y a desarrollar aquello que sí funcionará. Que las cosas salgan mal no es el fin del mundo. Es, en cambio, el comienzo del camino que te lleva a hacer progresos, a mejorar, es el primer paso hacia un aprendizaje y un crecimiento. Cuando las cosas marchan mal lo que debes hacer es descubrir dónde resultarán más efectivos tus esfuerzos. Tienes la oportunidad de fortalecer tu carácter, tus habilidades, tu perseverancia y la confianza en ti misma.
Recuerda que la tristeza es como una telaraña que no permite escapar y ser feliz. Sin embargo, eres tú quien elije ser triste o no. El mundo es como una obra teatral y tú decides si vas a ser partícipe de la tristeza y del pesimismo o quedarás al lado de la felicidad y optimismo. Al darte cuenta de este poder que tienes – el de quedar o no triste- pasas a dominar tu propia vida y tus emociones.
MUNDO NUEVO. Un sueño, una utopía para muchos. Para otros, una realidad que solo espera su momento ideal para aparecer en el horizonte. En realidad, creamos un mundo nuevo siempre cuando tenemos pensamientos positivos, amor en el corazón hacia los demás y respeto por la naturaleza. Pero, fácilmente lo podemos destruir; así que, hay que tomar mucho cuidado. Sin embargo, para crear un mundo nuevo, hay que desarrollar una mezcla de amor y desapego por el mundo viejo; no se puede crear un mundo nuevo, mientras el viejo todavía permanezca. Así que, hay que entender la situación actual en la que vivimos y mirar hacia delante, al momento en que el sol venga definitivamente a terminar la noche oscura.
FORTALEZA. Todo ser humano tiene cualidades que lo sostienen, como los pilares de un edificio. Son la razón de su éxito y aparecen siempre que son necesarias. Pero no significa que no necesitemos de los demás para vivir. Las fortalezas de cada uno se complementan con las fortalezas de los otros, creando una red armónica donde unos cooperan con los otros. Son la energía mayor; al enfocarse en las fortalezas, abrimos puertas para destinos cada vez más maravillosos, cerrando las puertas para las tormentas que causan tanto daño en nuestras vidas.
Pon una sonrisa en tu cara y vive la vida lleno de entusiasmo. El entusiasmo viene de adentro, no de afuera. Debe surgir a partir de sentimientos verdaderos de convencimiento hacia una causa. No bastan sonrisas falsas, sino hay que haber sonrisas verdaderas, que nacen en lo profundo del alma. Cuando el entusiasmo tenga este fundamento, aún la peor de las crisis no será capaz de sacudir la persona. Todo lo contrario, la persona sonreirá hacia la crisis y logrará transformarla.
¡Cultiva un espíritu alegre! ¡Trabaja con alegría! Saluda sonriente a quienes te encuentras, para que los contagies de tu alegría de vivir. Tu alegría sincera y espontánea aliviará a muchas personas que soportan penas, se encuentran aburridos o deprimidos. Que todos puedan sentir tu calor humano, la calidez en tus palabras y la amabilidad de tu manera de ser. Tu amabilidad te hará feliz por sí misma y por la aceptación que te generará alrededor.
Aprende a quererte, aún y te sientas mal, saca fuerzas desde dentro de tí.
TÚ VALES MUCHO, NO DEJES QUE NADA NI NADIE TE HAGA SENTIR MENOS.
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